martes, 9 de octubre de 2007

La materialidad de lo espiritual: el debate de las dos culturas

Jorge Mahecha G.


9 de octubre de 2007

Las culturas científicas y humanistas se forman con las representaciones simbólicas. Lo simbólico no es exclusivo de los seres humanos. Todos los seres vivos manejan símbolos en su afán de cumplir estas dos órdenes ineludibles que reciben de su condición material: sobrevivir y competir. Así, en la apariencia de las frutas de las plantas, el colorido de las mariposas y el pelaje de los gatos, estos seres han codificado símbolos. Los perros, elaboran mapas en su memoria con la información de su entorno. Por otra parte, la cola les sirve no solo como contrapeso mecánico en sus desplazamientos sino también para materializar un conjunto de símbolos comprensibles por sus congéneres, por los humanos y otros animales. Se comunican y son capaces de formar grupos jerarquizados, pero es improbable que manejen sistemas de pensamiento “científico” y “perrístico”. De hecho tienen estructuras simbólicas “pragmáticas” y “salvajes”, que en este caso están integradas.


Los seres humanos poseen sistemas simbólicos más ricos que los de los demás seres vivos. Así, un taxista tiene un atlas formado por muchos mapas de los diferentes lugares de la ciudad. No puede decirse que un taxista tenga un “isomorfismo” con todos los detalles de la ciudad, pero si un “homomorfismo” útil para todas las necesidades prácticas.


Los grupos de personas adquieren características propias, una especie de “personalidad”. La esencia de los grupos sociales consiste en colaborar y a la vez imponerse unos sobre otros. La actividad humana es compleja, por eso surge la división del trabajo. De allí nacen “las dos culturas” que en otros colectivos, como las jaurías de perros, están integradas. Dicha actividad consta de representaciones: economía, política, ciencia, ética, religión, medicina, poesía, pedagogía, arte,… Cada tipo de representación es un “sistema de referencia simbólico” (SRS) formado por componentes lingüísticas y no lingüísticas.


Tenemos una ilusión consistente en identificar las representaciones con los objetos representados. Y surge otra ilusión, aún peor: cambiar la representación para cambiar la realidad. Así es que aparecen los papeleos, las notarías, y los archivos de la fiscalía.


Lo científico constituye un
SRS que proporciona una representación sistemática de la realidad al combinar adecuadamente acciones experimentales y teóricas. Si el ser humano se relaciona con el mundo a través de sus estructuras simbólicas y si lo simbólico está anclado en lo material, es apropiado preguntarse por la esencia de las cosas. La “apariencia” de las cosas estaría dada por las representaciones no científicas, es decir por un “homomorfismo” de muy pocas componentes y carente de procedimientos sistemáticos, como son los modelos teóricos y la experimentación científica. La “esencia” de las cosas estaría formada por las representaciones científicas. Tanto la “apariencia” como la “esencia” son solo representaciones. La “esencia” no sería “la cosa en si”, porque la toda actividad humana de basa en SRS, no en “la cosa en si”. La ciencia consta de nombres, objetos e instrumentos, sus SRS solo son conjeturas susceptibles de ser falseadas.


La física se ocupa de las reglas que determinan cuales elementos de la teoría corresponden con cantidades medibles o con hechos observables en una situación experimental concreta. También pertenece a la física la pregunta acerca de las probabilidades de obtener determinado resultado experimental. Pero para la física carecen de sentido las preguntas acerca de la “cosa en si”, lo mismo que acerca de si una teoría es “verdadera”.


El “humanismo” está formado por las representaciones no científicas del quehacer humano. El arte es representación del estado y la condición del ser humano formada con materiales. La literatura, con los múltiples medios de representar las palabras. La pintura con sus pigmentos y lienzos. Una escultura es un conjunto de piedras o hierros (
megalitos de la isla de Pascua, pirámides de Teotihuacan, monumentales esculturas de hierro de Chillida,…).


Hablar de la materialidad de lo simbólico es una aparente contradicción. Pero debemos reconocer que el hombre no puede construir símbolos carentes de un soporte material. De la misma manera que el gato utiliza el “material” que tiene: su propia cola. Al ser humano le molesta mucho que se vea la materialidad de sus símbolos. Es más “refinado” o más “culto” quien mejor esconda esa materialidad. La ciencia ayuda a esto. Aporta un “valor agregado” consistente en dar la sensación de inmaterialidad (otra paradoja aparente). Las pirámides tienen más geometría y se hacen con mejores instrumentos, por eso nos parece que tienen “más cultura” que los megalitos de las Galias o la Isla de Pascua. La “cultura” pretende alcanzar lo “espiritual”, pero se encuentra con “la mona que se viste de seda”. La “ciencia” provee ese ropaje de seda a los medios de expresión de los seres humanos.
Lo “espiritual” como algo carente de materialidad es una ilusión. Para codificar lo espiritual, el hombre hace lo único que sabe hacer: mover aquí y allá partículas de materia para que adquieran una ubicación dotada de significado. Así, lo espiritual tiene una materialidad.


Entre los dos mandatos que el hombre recibe de su propia naturaleza, “progresar” y “sobrevivir” (o “buscar” y “hallar”, o “luchar por imponerse” y “trabajar para mejorarse”, o “desenvolver procesos” y “construir estructuras”, ¿o “el yin” y “el yang”?), prefiere lo primero, aunque se autodestruya. Por eso la política prevalece sobre las otras actividades. Es una ilusión separar “las dos culturas” (una formada por el “sistema de referencia científico” y otra formada por los demás SRS). Podría pensarse que una proposición es válida si se usa dentro de un SRS y se vuelve absurda si se usa dentro de un SRS al cual no pertenece. Pero los SRS no son disjuntos. Están profundamente entrelazados. Es claro que la ciencia influye en todos los demás. Y la estética. Lo mismo el poder. La religión, como aquella actividad que proporciona las representaciones que facilitan el desenvolvimiento del poder, igualmente incursiona transversalmente en las demás representaciones.


Una visión optimista de la actividad humana resaltaría el altruismo, la solidaridad (SRS de la “moral”). El altruismo se puede encontrar en la ciencia. En la informática existen ejemplos de actividad cooperativa, como la Wikipedia y el software con licencia GNU. Pero no se pueden desconocer los aspectos egoístas, ni negar que sean los predominantes.


La filosofía sería el tratado general de la modelación de la actividad humana (de los SRS), en sus formas científicas y no científicas, fundamentalmente con el lenguaje. Estaría en la “frontera” entre lo humanista y lo científico, sin descartar que, para ser justos con el significado de la palabra “humanista”, lo científico también es humanista.

viernes, 2 de marzo de 2007

SCIENCE IN “ONE HUNDRED YEARS OF SOLITUDE”


One of the main secrets of literary master pieces is the possibility of having different lectures or interpretations. Capability of writers to implement such shells is considered as a sign of geniality. Quixote, Dr. Faustus, and even the Classical Greeks, are full of such genialities. One Hundred Years of Solitude has also different patterns which can be recognized by readers. A historically minded reader can follow a series of facts present in the history of Andean and Caribbean countries. In similar way a political, artistic or sociological minded reader can form his own version of the novel. But is uncommonly recognized a pattern around science and technology. This essay pretends to discover scientific facts in this novel.

It is not expected a rigorous explanation of scientific facts in a novel like One Hundred Years of Solitude; by the contrary, in the literary style known as “magical realism” it is pretended to show the reality in its no conventional aspects: Irrationality, fantasy and imagination. However a careful lecture of the novel permits to discover a rich world of intricate relations between science and the daily life, a close connection of the geographic isolation with the lack of scientific development, an impressive set of scientific facts present in the Macondian culture, and an evidence that the author had a very precise consciousness of the scientific aspects of culture in order to answer the questions:

Who the Colombians are? Why are as they are recognized around the world?

In his speech to the special commission about science, education and development, García Márquez said that a general interest in arts and science contributes to pipe the creative energies of the Colombians (otherwise employed during 500 years in violence, robbery and depredation). Looks like the problems originally posed in One Hundred Years of Solitude continue as problems to be solved.

I have interest in showing that the novel is much more that a collection of fantastic facts, that really give a deep insight into our society. I will attempt to present a “short catalog” with some episodes of the novel touching scientific aspects: They will be classified as follows: (1) Biology (genetics). (2) Mathematics (geography, astronomy) and physics. (3) Chemistry. (4) Automation, information. (6) General conclusions.


- Biology. There is no in the novel any personage who attempts to study or experiment biological problems. However, aspects related with heritage are present in different places, from the very beginning to the end of the novel.


“… every time that Ursula became exercised over her husband´s mad ideas, she would leap back over three hundred years of fate and curse the day that Sir Francis Drake had attacked Riohacha. It was simply a way of giving herself some relief, because actually they were joined till death by a bond that was more solid that love:; A common prick of conscience. They were cousins.”


“… Ursula’s mother… terrified her with… sinister predictions about their offspring, even to the extreme of advising her to refuse to consummate the marriage.”


Every time that came to life a member of the family, Úrsula verified that it had all of its features human: She always was expecting the new born had the tail of a pig, In fact,


“An aunt of Úrsula’s, married to an uncle of José Arcadio Buendía, had a son who had… A pig’s tail that was never allowed to be seen by any woman…”


And the last Buendía, the son of Aureriano Babilonia and Amaranta Úrsula


“… had something more than other men, and they learned over to examine him. It was the tail of a pig.”


But in the family other features were transmitted from generation to generation. For example, José Arcadio, the older son of José Arcadio and Úrsula, would pass on the Melquiades image to all of his descendants as a hereditary memory.


José Arcadio believed that was possible the existence, very far from Macondo, of a


“… prodigious world were all one had to do was sprinkle some magic liquid on the ground and the plants would bear fruit whenever a man wished, and were all manner of instruments against pain were sold at bargain prices.”


But the easiness of production was not only in the imagination: Thanks to the supernatural proliferation of his animals, Aureliano Segundo had accumulated one of the largest fortunes of the swamp.


“His mares would bear triplets, his hens laid twice a day, and his hogs fattened with such speed that no one could explain such disorderly fecundity except through the use of black magic…”


“… he was convinced that his lucky was not a matter of his conduct but an influence of Petra Cotes, his concubine,…”


“… he never kept Petra Cotes for away from his breeding grounds and even when he married and had children he continued living with her with the consent of Fernanda.”


Ursula said: “… the grandson of a saint and the son of a queen and a rustler.”


- Physics and mathematics. José Arcadio Buendía learned a lot of science of his friend and master, Melquíades, the gypsy.


“… he left him… some Portuguese maps and several instruments of navigation… to make use of the astrolabe, the compass, and the sextant… José Arcadio Buendía spent entire nights in the country yard watching the course of the stars and he almost contracted sunstroke from trying to establish an exact method to ascertain noon.”


“The children would remember for the rest of their lives the august solemnity with which their father, devastated by his prolonged vigil and the wrath of his imagination, revealed his discovery to them:


- The earth is round, like an orange.”


“… Melquíades… gave public praise to the intelligence of a man who from pure astronomical speculation had evolved a theory that had already been proved in practice, although unknown in Macondo until then, and a proof of his admiration he made him a gift that was to have a profound influence on the future of the village: The laboratory of an alchemist.”


José Arcadio Buendía also learned geographic orientation that used in his attempt to find a route to connect Macondo with the civilization:


“José Arcadio Buendía was completely ignorant of the geography of the region… According to José Arcadio Buendía´s calculations, the only possibility of contact with civilization lay along the northern route.”


José Arcadio Buendía became impressed with several of the inventions shown to him by Melquíades.


”First they brought the magnet… thought that it would be possible to make use of those useless inventions to extract gold…” “it won’t work for that” said him Melquíades, but “He explored every inch of the region, even the river, dragging the two iron ingots along and reciting Melquíades’ incantation aloud.”


Made experiments with a gigantic magnifying glass, and mirrors:


“… completely absorbed in his tactical experiments with the abnegation of a scientist and even at the risk of his own life… He would spend hours on end in his room, calculating the strategic possibilities of his novel weapon… He sent it to the government, accompanied by numerous descriptions of his experiments…”


And procured to teach all his new knowledge to his children:


“Those hallucinating sessions remained printed on the memories of the boys… Colonel Aureliano Buendía saw once more that warm March afternoon on which his father interrupted the lesson in physics and stood fascinated, with his hand in the air and his eyes motionless, listening to the distant pipes, drums, and jingles of the gypsies, who were coming to the village once more, announcing the latest and more startling discovery of the sages of Memphis.”


Úrsula was very reticent to follow her husband in his madness. However she had a practice intelligence which was evident in many situations:


“No one knew exactly when she had begun to lose her sight…”. “But that day she began to realize something that no one had noticed and it was that with the passage of the year the sun imperceptibly changed position and those who sat on the porch had to change their position little by little without being aware of it. From then on Úrsula had only to remember the date in order to know exactly were Amaranta was sitting.”


Along the entire novel there is an element which seems to be of decisive importance in the Macondo´s life: The ice. The first sentence of the novel is:


“Many years later, as he faced the firing squad, Colonel Aureliano Buendía was to remember that distant afternoon when his father took him to discover ice.”


The relation of José Arcadio Buendía with gypsies came before the founding of Macondo; they thought him many artifacts and discoveries, but the visit when they told that Melquíades was dead deeply impressed José Arcadio Buendía: They brought an enormous, transparent block with internal needles in which light of the sunset was broken up into colored stars.


“Disoncentrated, knowing that the children were waiting for an immediate explanation, José Arcadio Buendía ventured a murmur:


- It’s the largest diamond in the world.


- No, the gypsy countered. It’s ice.”


“… as if giving testimony on the holly scriptures, he exclaimed:


- This is the greatest invention of our time.”

Several years before the discovery of ice, when the founding of Macondo, José Arcadio Buendía

“… dreamed that night that right there a noisy city with houses having mirror walls rose up…” he “did not succeed in deciphering the dream of houses with mirror walls until the day he discovered ice.”

“He thought that in the future they would be able to manufacture blocks of ice on a large scale from such a common material as water and with them build the new houses of the village. Macondo… would be changed into a wintry city.”

The ice is present also into the last sentence of the novel:

“… for it was foreseen that the city of mirrors (or mirages) would be wiped out by the wind and exiled from he memory of men at the precise moment when Aureliano Babilonia would finish deciphering the parchments, and that everything written on them was unrepeatable since time immemorial and forever more, because races condemned to one hundred years of solitude did not have a second opportunity on the earth.”

- Chemistry. Chemical and magnetic properties of matter always and in all places were considered as magical ones. Gypsies brought to Macondo these sciences in the same state they had at the end of the Middle Ages. Nothing useful to life remained to Macondo from alchemy and magnetism, except, perhaps the hobby of jewelry practiced by Colonel Aureliano Buendía and other members of the Buendia’s family. Surely they would have diseases derived from mercury, but this was not noticed by the author.

“Even Amaranta lying in a wicker basket, observed with curiosity the absorbing work of her father and her brother in the small room where the air was rarefied by mercury vapors.”

[Úrsula´s] “… terrible practical sense she could not understand the Colonel’s business as he exchanged little fishes for gold coins and converted the coins into little fishes, and so on, with the result that he had to work all the harder with the more he sold in order to satisfy an exasperating vicious circle. Actually, what interested him was not the business but the work.”

- Automation, information. José Arcadio Buendía became obsessed by a project directed to connect Macondo with civilization.

“Incredible things are happening in the world,” he said to Úrsula. “Right there across the river there are all kinds of magical instruments while we keep on living like donkeys.”

“But even those most convinced of his madness left work and family to follow him when he brought out his tools to clear the land and asked the assembled group to open a way that would put Macondo in contact with the great inventions.”

The project became a failure:

“We’ll never get anywhere,… we’re going to rot our lives away here without receiving the benefits of science.”

Some machines came to Macondo and impressed José Arcadio Buendía.

“… was as if struck by lightning, not because of the automatic working of the keys of the pianola, and he set up Melquíades’ camera with the hope of getting a daguerreotype of the invisible player.”

After the discovery of the automatic mechanisms behind different machines, José Arcadio Buendía initiated different projects to construct useful mechanisms.

“He asked him what had happened to the project he had explained to him [Melquíades] a few days before about the possibility of building a pendulum machine that would help man to fly and he answered that it was impossible because a pendulum could lift anything into the air but it could not lift itself.”

Melquíades explained the people of Macondo the possibility of having in the future a machine like the TV,

“Science has eliminated distance… In a short time, man will be able to see what is happening in any place in the world without leaving his own house.”

Several generations of Aurelianos were involved into the difficult task of deciphering a set of parchments written by Melquíades, It was Aureliano Babilonia who completed all the necessary clues for decryption of the Macondos’s history:

“It was the history of the family, written by Melquíades, down the most trivial details, one hundred years ahead of the time.” “Melquíades had not put events in the order of man’s conventional time, but had concentrated a century of daily episodes in such a way that they coexisted in one instant.”

The process of decryption of the parchments by Aureliano Babilonia was a “real time experiment”, because the last page of the manuscipt was the description of the facts that occurred when they were deciphered:

“… and he began to decipher the instant that he was living, deciphering it as he lived it, prophesying himself in the act of deciphering the last page of the parchments, as if he were looking into a speaking mirror.”

- Conclussions. There are several facts in One Hundred Years of Solitude which evidenced the author’s thoughts about scientific problems. It became clear that for the author the lack of scientific development is caused by isolation, and it induced Macondo to be under developed in many senses. Some of them are explicit, other, on the contrary, must be submitted to semiologic analysis. So, I will limit myself to propose some questions.

- Where the people with a scientific knowledge come from?

- How qualified and updated the science of Macondo was?

- Why science is completely useless for the Macondo´s ordinary life?

- Why science acts only as a hobby?

- Is the geographic isolation an important element for the lack of scientific development?

- Why science in Macondo behaves as an instrument to receive recognition and admiration? Why is an activity property of the rich persons, not of the common people?

- Why Macondian people have a great creativity around all things which can increase their personal political power and not around activities that increase the public welfare?

- Why foreign people had scientific elements and seem to have a predictive and global knowledge about Macondo? Why Macondians know themselves less than foreigners do?

- Why people from Macondo seem to have a partial knowledge of reality, is memoryless and is deprived of any predictive capacity?

- Why any important change in Macondo´s life is induced from abroad?

- Is the Melquíades’ capacity to synthesize and predict a symbol of the real power of science?

- Is the “city of the mirrors” a metaphor about the fact that the Macondian people has only capacity to see themselves and is deprived of capacity to have collective interests?

- Is the solitude an attribute of a race of individualistic people?

- It is true the sentence “where banana grows con not be present intelligence”?

- There are analogies between the Saramago’s “blindness”, describing civilized countries, and the capacity of Colombian rulers to washing from the collective memory the main violent facts of their history?


Jorge Mahecha Gómez. Medellín, Colombia, July 2002.

QUINIENTOS AÑOS DE SOLEDAD


“En el mundo están ocurriendo cosas increíbles. Ahí mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como burros.”


José Arcadio Buendía.


Muchos de los estados altamente desarrollados incluyeron siglos atrás en sus constituciones artículos referentes al valor de la ciencia y a la necesidad del desarrollo de los recursos humanos. Esto forma parte de un movimiento que data de los siglos XVII y XVIII, cuando en Europa y EEUU se inicia el desarrollo de la gran industria.


El 17 de septiembre de 1787 se firmó la Constitución de Filadelfia en los recién creados Estados Unidos de América, la cual es considerada uno de los más grandes resultados del movimiento de “la ilustración“. En la convención constitucional participaron con gran influencia el filósofo James Madison y el científico Benjamín Franklin. En uno de los artículos se señala la obligación del congreso de los Estados Unidos de promover el progreso de la ciencia.


Es evidente que el poderío económico y militar de los Estados Unidos en la actualidad está indisolublemente ligado al desarrollo de la ciencia y la tecnología, y tiene su germen en la visión futurista de sus fundadores.


En 1867 cayó el gobierno de los Shogunes feudales en el Japón y se inició la “restauración Meiji” o restauración de la ilustración. En uno de sus párrafos la constitución japonesa de 1869 señala:


“El conocimiento será buscado y adquirido de cualquier fuente por todos los medios a nuestra disposición, para la grandeza del Japón Imperial “.


El primer ministro príncipe Ito declaró en 1886 que “La única manera de mantener el poderío de la nación y de garantizar a perpetuidad el bienestar de nuestro pueblo es por medio de los resultados de la ciencia... Las naciones sólo prosperan si aplican la ciencia... Si deseamos colocar nuestro país sobre bases seguras, garantizar su prosperidad futura, igualarlo a las naciones más avanzadas, debemos incrementar nuestros conocimientos y no dejar pasar ni un momento sin desarrollar la investigación científica“.


No es necesario demostrar que estos propósitos han ejercido una verdadera influencia sobre ese país en estos 120 años... lo cual contrasta con la carencia de propósitos similares en la constitución colombiana de 1886.


La historia de la ciencia en nuestro país, en los últimos quinientos años, mostraría unos cuantos esfuerzos “circenses“ orientados al logro de admiración hacia los científicos por parte de sus ignorantes allegados y, en los mejores casos, estériles esfuerzos de pacientes individuos aislados tratando de descubrir cosas que la humanidad ya conoce. Esto lo podemos alegóricamente comparar con la actividad de algunos Buendía en el laboratorio de alquimia de Macondo...


La inteligencia en la especie humana no es la suma aritmética de las inteligencias de los individuos. El cerebro de un individuo aislado se basa en las redes formadas por millones de neuronas que interactúan. Una neurona aislada no posee una “fracción“ de la inteligencia total, pues la inteligencia es un “modo colectivo“ de la red neuronal. Similarmente, la inteligencia de la sociedad se basa en redes formadas por millones de cerebros.


Las naciones prósperas han desarrollado un potente cerebro colectivo que les ha permitido llegar a ser líderes. Puede ocurrir que la inteligencia promedio de los individuos de un pueblo desarrollado sea inferior al correspondiente promedio en un pueblo subdesarrollado, pero esos promedios no definen la inteligencia social, sino las redes de la inteligencia colectiva. Algunas de esas redes son las escuelas de pensamiento, que existen y se desarrollan gracias a unas claras políticas de estado para la ciencia y la tecnología.


Aparentemente en el mundo moderno se está produciendo una bifurcación dentro de la especie humana. Por un lado están los pueblos que poseen una inteligencia proveniente de una gigantesca red neuronal social, y por otro están aquellos cuya inteligencia total es una simple suma aritmética de las inteligencias de los individuos aislados. La diferencia en el desarrollo de la inteligencia de esas dos clases de pueblos crece vertiginosamente, y a largo plazo podría ocurrir la aniquilación de la menos desarrollada o la aparición de dos nuevas especies que tendrían diferencias comparables a las existentes actualmente entre los humanos y los chimpancés.


Como señala el profesor Abdus Salam (1926-1996), premio Nóbel de Física en 1979, “Aquello que distingue a los países del “Norte“ y del “Sur“ se llama Ciencia y Tecnología“.


Es claro que en esta oportunidad que tenemos de adoptar una nueva constitución, no podemos limitarnos a recoger tardíamente los principios que ignoramos siglos atrás, sino que debemos dar un “salto“ y reconocer que si bien la Colombia actual está aún en muchos aspectos en el siglo XVI, vive en el mundo de finales del siglo XX y debe por lo tanto ponerse a tono con la época, y proyectarse al tercer milenio de nuestra era. Con ello tal vez no se cumpla la profecía según la cual no nos queda una segunda oportunidad sobre la tierra.


La ciencia y la tecnología tienen cabida en la Constitución Nacional en varios lugares. En el preámbulo es necesario resaltar que una de las funciones del estado es promover el desarrollo de la ciencia y del intelecto en general como pilar fundamental de la libertad y la grandeza de la nación.


En segundo lugar, debe definirse explícitamente la exigencia de cualidades intelectuales para ejercer cargos políticos y técnicos en el estado y la prohibición del “clientelismo“ con todas sus nefastas consecuencias.


En tercer lugar, la ciencia y la tecnología constituyen una herramienta básica para la dirección de la sociedad en forma racional puesto que la sociedad es un sistema regido por leyes sinergéticas.


La sinergética es la ciencia que estudia los sistemas que constan de muchas partes en interacción. Las abejas y las termitas, por ejemplo, tienen un comportamiento colectivo que no es explicable a partir de los individuos como tales. Los rasgos específicos que tienen las comunidades humanas no impiden su descripción en términos sinergéticos. James Madison a finales del siglo XVIII describió un comportamiento sinergético: “... en cada individuo la fuerza de sus convicciones y opiniones y el grado en que sus opiniones influyen en su conducta práctica, en su actuación, dependen en gran medida de cuántos hombres cree que opinan igual que él. La razón humana, el hombre en general, es muy temeroso y prudente cuando se siente sólo, y se vuelve más fuerte y confiado en la medida en que cree que muchos otros piensan igual que él“.


En cuarto lugar, como la ciencia de hoy es la tecnología del mañana, los intereses estratégicos de la nación exigen que desarrollemos nuestra propia tecnología, o que si optamos por transferencia de alguna tecnología siempre tomemos medidas para la correspondiente transferencia de ciencia.


Al respecto es muy ilustrativo el profesor Salam: “Pocos gobiernos de nuestros países han puesto dentro de los propósitos nacionales el luchar por una confianza en la tecnología del propio país. Hemos puesto poca atención a la base científica de la tecnología, o sea a la verdad evidente de que la transferencia de ciencia debe acompañar siempre a la transferencia de tecnología, si se opta a favor de la transferencia de tecnología. Así, cuando algunos de nuestros gobernantes y empresarios industriales afirman estar estimulando la transferencia de tecnología, muchas veces esto sólo significa la importación de diseños, máquinas, personal técnico y algunas veces hasta materias primas procesadas“.


Poco hay de que enorgullecerse por comprar la fibra óptica para la telefonía rural, o el supercomputador CRAY-3, si está por fuera de nuestras posibilidades el producirlos, o tan siquiera imaginar como llegaron otros seres humanos a producirlos. Ciertamente la expresión de la vida cotidiana “lo importante no es saber hacer empanadas sino saber quien las vende bien buenas“, deja de ser válida cuando se la extrapola al campo de la transferencia de tecnología.


Los ejemplos de Japón, EEUU, Rusia, Corea,... nos plantean el reto de cambiar nuestra estrategia de desarrollo económico. Las medidas monetaristas y salariales, las medidas sobre empleo y los préstamos externos, la apertura económica y la privatización de las empresas del estado, y todas las medidas imaginables, por sí solas, no valen nada sin este requisito esencial: El desarrollo de la calidad de los recursos humanos por medio de enormes inversiones en educación, la dotación de elementos científicos a la administración, el esfuerzo comparable al de esos países en el campo de la formación de científicos y técnicos. Como se ve, llegar a ser “el Japón de Suramérica“ no es asunto de deseos o de declaraciones.


Tenemos un grado de desarrollo inferior al de muchos países dotados de escasas riquezas naturales pero que poseen un enorme desarrollo de la inteligencia. Pero brillante sería nuestro porvenir si lográramos un nivel de desarrollo intelectual que nos permitiera ejercer una verdadera soberanía sobre nuestros enormes recursos naturales.


El futuro próximo deparará a la humanidad nuevos problemas junto con nuevas esperanzas. La forma de vida sufrirá cambios drásticos debidos al deterioro del medio ambiente y al agotamiento total de las reservas de petróleo y otros combustibles fósiles. Pero a la vez la ciencia (¿sin nuestra participación?) abrirá nuevas posibilidades al desarrollo de la humanidad (¿o de una de sus dos sub-especies?), que tendrá como principales protagonistas a la biotecnología, al implante de átomos, a la teoría matemática de la sociedad y la psicología matemática, a la llamada inteligencia artificial, a la fusión termonuclear, a la fotónica,... y, por qué no, a la astronáutica y la astrofísica.


Un aporte de José Arcadio Buendía a la ciencia, más importante que su descubrimiento de que la tierra es redonda o su proyecto de usar la lupa como arma de guerra, fue el intento de construir una trocha que pusiera a Macondo en contacto con los grandes inventos. Sabía que la inteligencia es un fenómeno sinergético.


Jorge Mahecha G.


Medellín, Colombia, mayo de 1991.